En el anterior artículo describimos algunos de los muebles griegos. De todos, el que me resultó más llamativo fue el asiento klismos. Y como todo lo antiguo vuelve, no he sido la única en fijarme en este icónico mueble.

De esta forma, en 1922 Edvard Thomspon adaptó la silla klismos. Más de treinta años después, el klismos ha sido recreado en diversos asientos como los que se muestran en la imagen siguiente.

Aunque si vamos a reinventar lo clásicos, yo sinceramente prefiero esta versión en metacrilado diseñada por Dragonette.

¿Y vosotros? ¿Os gustan los clásicos renovados o preferís los originales?